Aspecto de las provincias revolucionadas de América. Relación de la situación en distintas regiones de América (Continúa en Tomo I, Nº 30, Jueves 3 de Septiembre de 1812)

 

 

 

Hasta ahora la historia de la América ha sido bien insulsa e infeliz. La mitad del universo ofrecía la uniformidad y la humillación de los pueblos orientales, los más abyectos del mundo. Las generaciones, después de haber  vegetado en la oscuridad, caminaban al sepulcro en un triste silencio, sin tener jamás una parte activa en los grandes acontecimientos que trastornaban la tierra. Mudose en fin este orden uniforme y degradante de cosas. La patria presenta un aspecto más animado, se mueve, se agita, piensa; y el blanco de sus pensamientos y agitación es el mayor interés que puede ocupar a las naciones, es la libertad nacional. No es pues el interés de una provincia, es la prosperidad, es la gloria de un continente inmenso y de innumerables islas, es la libertad de una gran parte del globo la que se pretende. La América quiere ser libre para trabajar por sí misma en su felicidad; quiere que sus tesoros le sirvan a ella misma; quiere que florezcan en su seno las ciencias y las artes; aspira al esplendor que dan a las naciones cultas la cultura de los talentos, y la aplicación de sus recursos; quiere, en fin, elegir sus magistrados y sus leyes. Es palpable que esta felicidad no es para un día, sino para muchos siglos. ¡Oh! lo presente ha de decidir de un porvenir muy largo, y muchos años después de nuestra muerte se hablará en el mundo o de nuestra vergüenza, o de nuestra gloria, o de nuestras virtudes republicanas, o de nuestros vicios serviles, con elogio o con execración. Si triunfamos, la musa de la historia nos contará entre los héroes. Si somos verdaderos patriotas, Melpómene expondrá en la escena nuestros hechos y nuestros sentimientos para ejemplo de desinterés, de generosidad, de magnanimidad, de constancia. Si volvemos atrás, si somos superados por nuestros propios defectos, los Anales de los tiranos eternizarán nuestro oprobio; nuestros nombres serán una pirámide de la fama encargada de recibir el tributo de las maldiciones de la posteridad; se precipitará sobre la patria un torrente de calamidades. Entonces volverá a decirse de la América: Gran comarca, fértil en desdichas, que produce tesoros, y delitos, tan nuevos como grandes [13].


Los designios de la América son en verdad dignos y sublimes; y aunque se trastornasen nuestras esperanzas por una inesperada serie de infortunios, bastaría la gloria de la empresa para que la generación actual apareciese en la historia con más dignidad que las anteriores. Mas ¿por qué hemos de concebir ideas tan melancólicas cuando el aspecto de las cosas nos promete el resultado más feliz?  Si transportados con la fantasía al Ecuador extendemos la vista sobre la vasta extensión de la patria, todo predice el triunfo de la libertad.


Quito se levanta por la unión del cúmulo de desgracias en que lo abismaron las divisiones intestinas. El 6 de Junio se hallaba la falange compuesta de diez mil hombres, y al mando de don Feliciano Checa pasado el Asuay en las inmediaciones de Cañar, respirando patriotismo e intrepidez. Los de Cuenca tienen cuatro mil hombres, y aunque el General Montes les ha mandado de Guayaquil algunos auxilios, no se encuentran capaces de resistir, por lo que la mayor parte de los vecinos se han retirado al campo, y los restantes están resueltos a entregarse lisonjeados por un gran oficio que recibieron de Quito convidándolos a la unión y concordia, y proponiéndoles enviasen sus representantes para restablecer la amistad. La política del gobierno de Quito le conquista los corazones. El Presidente, Doctor don Guillermo Valdivieso, da providencias oportunas desde Riobamba, y el señor Obispo, Doctor don José Cuero y Caicedo, gran patriota y gran americano, Vicepresidente, conserva el orden y el entusiasmo de la capital con su amabilidad y prudencia [14].


Cundinamarca promueve su prosperidad sin riesgo de enemigos por su situación ventajosísima. Colocada entre Quito y Cartagena, la defienden por el primer punto los caminos más ásperos que se conocen, y que presentan unas defensas fáciles e insuperables; y por el segundo, el río de la Magdalena, cuya navegación en pequeñas embarcaciones y sumamente laboriosa, es de tres meses.


Cartagena es el puerto de Cundinamarca, su situación es muy ventajosa para el comercio, y es la plaza mas fuerte de América, a lo menos ella escarmentó a alguna de las naciones de Europa.


Venezuela ha manifestado tal resolución y sabiduría en sus principios; sigue tan de cerca los pasos de Norteamérica; su constitución es tan liberal, equitativa y hospitalaria, que al paso que descubre la prudencia profunda y grande ánimo del Senado y del pueblo, da esperanzas de ser un estado muy floreciente. A principios de este año se sabía en Londres que los disidentes de Maracaibo y Coro estaban en suma debilidad, y ya fatigados de una guerra inútil. El General Miranda esperaba restablecerse pronto para continuar sus expediciones. Su fuerza armada era considerable e inalterable el patriotismo.


México ha sufrido oscilaciones proporcionadas a su grandeza, población y tesoros. Los que conocen la singular desigualdad de fortunas de sus ciudadanos, el gran numero de aristócratas, la opulencia del erario, la cantidad de tropas regladas de la Corona, no pudieron esperar que la revolución prosperase. El éxito manifestó lo contrario. Los patriotas sufrieron quebrantos terribles, pero inferiores a su constancia. El incendio se difunde diariamente y según afirman los papeles de Londres, la revolución ha recibido una fuerza inmensa por la adhesión a la causa de la libertad de las provincias septentrionales del mismo Estado. El Nuevo México, la Nueva Galicia, la Nueva Vizcaya, han entrado en la revolución. Consta por una proclama del Virrey de México que los patriotas han recibido de los Estados Unidos armas, oficiales y otros socorros. Por cartas de La Habana se sabe que ocuparon a Veracruz. Por el Sud, la provincia de Nicaragua persevera en la defensa de la libertad; la principal fuerza está en León, y Guatemala se halla en la imposibilidad de atacarla. Algunos auxilios que en Noviembre obtuvo el Virrey, fueron desechos, y en Marzo eran los patriotas dueños de toda la costa del Norte.


(Se Continuará [15]).


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[13]

Tragedia de los americanos.
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[14]

En el conflicto de la amenaza y aborto de una terrible conjuración se publicó en Lima que el 22 de Junio don Antonio Valle atacó a una división de los quiteños compuesta de 2.000 hombres y al mando de Calderón, y que después de un vivísimo fuego de cañón y fusil por espacio de una hora, tuvo dicho Valle que replegarse a Verde Lomas, por haberle escaseado las municiones, según él dice. Pero que a las once de la noche rompió Valle un fuego de fusil, disparó dos cañonazos de metralla, y dos de bala rasa por la quebrada que se dirigía al campo quiteño; todo lo cual tuvo tal acierto en la oscuridad de la noche, que los quiteños, que con luz sufrieron un vivísimo fuego por una hora, abandonaron el campo dejando 16 cañones, 33 fusiles etc.
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[15]

Véase tomo I, Nº 30, Jueves 3 de Septiembre de 1812 (N del E).
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