Martinica, 17 de Octubre. Sobre un conato de insurrección de esclavos

 

 

 

Los negros y mulatos habían tramado una insurrección, cuyo designio y plan era incendiar la ciudad de San Pedro, que es la capital, apoderarse de los almacenes de armas, y hacer una matanza general de todos los blancos, menos las mujeres. Si el plan no se lograba en el todo, habían pensado tomar por asalto la artillería de la batería de Santa Marta, y volver los cañones contra el pueblo. El detestable proyecto se descubrió dos horas antes de su ejecución.

 

El jefe de la conspiración fue un mulato libre, nacido en Martinica, pero que había estado muchos años en la isla de Santo Domingo, de donde había vuelto con el título de Vizconde del Emperador de Haití. Su nombre era Molier. Viéndose descubierto se mató a sí mismo de un pistoletazo.

 

El 21 hubo otro gran movimiento: 500 negros de las haciendas, que están en el campo, intentaron sorprender la ciudad con la esperanza de ser favorecidos por los negros de ella.