Carta de una persona muy fidedigna por su conocida veracidad y carácter público. Fechada en Buenos Aires a 16 de Noviembre de 1812, y relativa a la guerra en varias regiones de América

 

 

 

Buenos Aires, 16 de Noviembre de 1812.


La patria recibe cada día nuevos grados de engrandecimiento, y ya su emancipación completa de la tiranía debe asegurarse por un cálculo seguro. Acaso la serie de infortunios que han paralizado sus progresos, haya sido un beneficio secreto de la Providencia para gravar indeleblemente en nuestros corazones el deseo de ser libres.


Aunque no ha llegado el grueso del ejército a poner sitio vigoroso a Montevideo, han [ha] habido algunas guerrillas de poca consideración con ventaja siempre por los patriotas. El General don Manuel Zarratea ha hecho renuncia de el mando, y no se le ha admitido. De este ejército no se ha desmembrado ni un solo hombre de Infantería para pasar al Perú, a excepción de cuatrocientos sesenta patricios que se hallaban en la bajada de Santa Fe y han caminado para el Tucumán. Tres días hacen [há] que salieron de ésta con el mismo destino trescientos soldados de el Regimiento de Arribeños. No ha habido noticia alguna importante de el Perú en este intermedio, solamente la mucha deserción de las reliquias del ejército de Tristán, y el mayor entusiasmo en las tropas de la Patria.


Los marinos continúan sus piraterías en los pueblos inermes de la costa en donde han perpetrado las crueldades inauditas que detalla el grito del Sud.


Cartagena de Indias se ha hecho República independiente, cuya acta yo mismo he visto en el Español.


Hay una carta de una persona respetable de Londres, la que refiere tres hechos del ministerio de Inglaterra que favorecen nuestra causa. El primero las ordenes al Lord Strangford para que se opusiese a que la Corte de el Brasil tomase parte activa en favor de Montevideo, en términos que se retirase si no se hacía volver la expedición. El segundo a su Embajador en Cádiz, para que se oponga y haga esfuerzo a desbaratar cualquiera expedición que se intente mandar a México; y el tercero las ordenes para que regresen a Londres y se concluya la mediación, siempre que las Cortes inculcasen en no conceder a las Provincias de América las mismas prerrogativas que a las de la Península. La mediación no ha tenido efecto por no haber cedido las Cortes un ápice en estos puntos y han regresado los encargados a Inglaterra.


Se escribe generalmente de Londres que a la salida de los últimos buques de Cádiz, quedaba éste sufriendo un horroroso bombardeo de los franceses.


En esta se ha fundido otro mortero, y un cañón de a veinte y cuatro; queda todo preparado para vaciar otro dentro de tres o cuatro días de el mismo calibre.


Incluyo el siguiente extracto, muy recomendable por el periódico en que se contiene:



El Español, Número 26. Noticias de la América Española.


México, 7 de Marzo de 1812.


Nuestras noticias no llegan a treinta leguas a la redonda por entre todos los caminos interceptados, y así solo sabemos lo que se inserta en la gaceta, y de lo que trae algún otro mozo que escapa con mil trabajos.


En el corto círculo que nos comunicamos hay lo siguiente: Callejas, con el ejército que trajo de tierra adentro salió de aquí el 12 del corriente para Cuaultla Amilpas donde se había fortificado Morelos. Llegó a sus inmediaciones el 18, y las avanzadas de el enemigo se fueron retirando sin hacer oposición. El 19 se dirigió al pueblo, persuadido de que huirían a su inmediación; pero cuando ya se hallaban dentro, les hicieron un fuego tan terrible de las azoteas y ventanas, que tuvo que retirarse perdiendo mucha gente, entre ella Rul que murió a las dos horas, Oviedo, Sarraga, tenientes coroneles, y otros varios. El mismo día salía de Puebla el Brigadier Llano, con 1.900 hombres de los recién venidos de España, a atacar a Yzucao, donde se habían hecho fuertes con otra división de Morelos; pero habiendo tenido igual suerte que Callejas (aunque ignoramos el por menor) recibió ordenes de venir a reunirse con este en el campo delante de Quautla. Lo verificó el Domingo 1º de este, en cuyo día recibieron el socorro de víveres y municiones que se les remitió de aquí. Ahora están disponiendo el ataque en forma, de cuyas resultas pende la suerte del gobierno, pues no le quedan otras tropas de que echar mano para resistir a Morelos.


Mientras Callejas se ocupa en la boca de tierra caliente, se ha formado una reunión numerosísima en el monte alto de Tanepantla que ha establecido su campamento en las lomas de Santa Mónica, y ha prohibido en todas las haciendas el traer nada para México. Esta reunión  se trataba hasta ahora de gavilla; pero da mucho cuidado desde que se sabe, se hallan con ellos Laison, el de los caballos, un don Dionisio Francés que enseñaba el ejercicio a los patriotas de el 3º batallón, Velasco el Canónigo de Guadalupe, Cañedo Teniente de los Verdes, y otros que se han desaparecido de México estos días, y dicen se han reunido todos en la Villa de El Carbón.


En Toluca está Porlier con mil hombres, reducido a estar encerrado en la ciudad porque ha tenido malas resultas en cuantas salidas ha hecho, y ahora está con más cuidado porque la Junta que echaron de Zitácuaro, se ha establecido y fortificado en Sultepeque.


En Apa se ha formado otra reunión que exige contribuciones de todas aquellas haciendas, y solo por ellas logran sus dueños el permiso de sacar los pulques y puercos que se consumen aquí. Esta reunión extiende sus avanzadas hasta Teotihuacán. En una palabra, nos hallamos rodeados de manera que nadie se atreve a salir de las garitas, y el único correo que está corriente, que es el de Puebla, sale con escolta de 80 y 100 hombres. El 6 por 100 de Alcabala produjo el mes pasado 8.000 fuertes, cuando antes era de 100.000. Los trigos valen 20 fuertes, y no los hay.


Por otra carta de la misma fecha se sabe que había temores de una conspiración dentro de México.


En otra de el 8 de Abril se dice que los insurgentes habían hecho varias salidas contra el ejército que sitia a Cuautla, y que el día 4 habían tomado todos los cañones de el fuerte de Vira; pero que habían al fin sido rechazados, y dos de los cañones recuperados. El General Callejas estaba gravemente malo, y su pérdida se considera irreparable en caso que se verifique. También se hace mención de que la Junta, llamada Soberana de los Americanos, mandó proposiciones de paz al Virrey. El Canónigo Velasco, que se había pasado a los insurgentes, también escribía a Porlier haciéndole proposiciones.