Batalla de Borodino. Relato de la batalla indicada

 

 

 

El 7 de Septiembre último, los ejércitos de Francia y Rusia, cada uno en número de cerca de ciento treinta mil hombres, dieron al mundo una escena formidable. A las cinco y media de la mañana, estando Napoleón rodeado de sus mariscales, salió el sol sin nublados, y él dijo: "Este es el sol de Austerlitz". El ejército recibió el augurio. Se tocaron las cajas, y se leyó la siguiente orden del día: "¡Soldados, he ahí el campo de batalla que habéis deseado tanto! De aquí en adelante la victoria depende de vosotros. Ella nos es necesaria, ella nos proporcionará abundancia, buenos cuarteles de invierno y un regreso pronto a la patria. Portaos como en Austerlitz, Frientlnd, Virepsk y Smolensk; y que la más remota posteridad pueda hablar con orgullo de vuestra conducta en este día; que pueda decir de cada uno de vosotros, él estuvo en la gran batalla bajo las murallas de Moscú".


El ejército contestó con reiteradas aclamaciones. El fuego comenzó a las 6 de la mañana. A las 8 ya estaban tomados los puestos de los rusos, y ganados sus reductos; una parte de su artillería fue tomada; como a las 2 de la tarde la batalla fue ganada por los franceses. Su pérdida total se estima en mil hombres, la del ruso en cerca de cincuenta mil. Los rusos perdieron 40 generales entre muertos, heridos y prisioneros. De los franceses murieron 6 generales, entre ellos Montbrun, y fueron heridos de 7 a 8. El campo de batalla fue a 25 leguas de Moscú, cerca de Moskwa. Los franceses dispararon sesenta mil tiros de cañón.